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| El punto negro de Mercurio atraviesa el disco solar en una imagen compuesta creada durante el último tránsito de Mercurio en 2016. FOTO DE NASA |
Hoy, 11 de noviembre, los astrónomos
y aficionados de gran parte del hemisferio occidental se preparan para un raro
espectáculo celestial: observar el paso del planeta Mercurio frente al Sol.
Este fenómeno se denomina tránsito de Mercurio y es la última vez que podremos
presenciarlo hasta 2032. Durante un tránsito, Mercurio pasa entre la Tierra y
el Sol y se convierte en una silueta pequeña y redonda dibujada sobre el
resplandor amarillo del disco solar. La observación segura siempre es
fundamental: nunca mires al Sol directamente sin la protección adecuada o
correrás el peligro de sufrir lesiones oculares.
Es improbable que puedas ver
mucho a simple vista durante un tránsito; desde la Tierra, el punto negro de
Mercurio tendrá solo 1/160 de la anchura del disco solar, así que para observar
el tránsito necesitarás ayudas visuales de gran potencia con filtros solares.
Si careces del equipo adecuado, busca «fiestas» de observación públicas
celebradas por clubes de astronomía, museos, planetarios y universidades en
muchos países.
Este año, Mercurio tardará unas
cinco horas y media en completar el trayecto y el primer contacto con el disco
se producirá a las 12:35 UTC (13:35 en hora peninsular española). El planeta
alcanzará la mitad del tránsito a las 15:20 UTC (16:20 en hora peninsular
española) y el fenómeno finalizará a las 18:04 UTC (19:04 en hora peninsular
española).
Si el tiempo lo permite, los mejores asientos para el espectáculo se
encontrarán en lugares donde todo el tránsito ocurrirá en horas diurnas. Esto
incluye la costa este de Norteamérica, Sudamérica, Europa occidental y el
extremo occidental de África. Para los habitantes de la costa oeste de las
Américas, el tránsito ya estará produciéndose al amanecer, mientras que los
observadores de la mayor parte de África, Europa oriental y la mayor parte de
Asia verán el tránsito con la puesta de sol.
Gotas oscuras
Como orbitan más
cerca del Sol que la Tierra, Mercurio y Venus son los únicos planetas que
pueden hacer tránsitos solares desde nuestra perspectiva. Con su órbita veloz
de 88 días, Mercurio pasa entre la Tierra y el Sol cada cuatro meses
aproximadamente. Pero la órbita del planeta está inclinada respecto al plano de
la órbita terrestre, así que la mayoría de las veces este mundo diminuto pasa
por encima o por debajo del disco solar desde nuestra línea de visión.
Esta configuración orbital se
traduce en que los tránsitos de Mercurio ocurren solo 13 o 14 veces cada siglo
y el fenómeno más reciente tuvo lugar en 2016. Los tránsitos de Venus son aún
más raros y ocurren una vez cada siglo, de media. El último tránsito de Venus
ocurrió en 2012 y no veremos otro hasta 2117.
Ningún terrícola volverá a
presenciar un tránsito de Mercurio hasta noviembre de 2032. Los norteamericanos
atravesarán un dique seco más largo, ya que tendrán que esperar hasta 2049 para
el siguiente tránsito de Mercurio visible desde esa parte del planeta.
Un
fenómeno interesante durante el tránsito es el denominado efecto de la gota
negra, una ilusión óptica que se produce cuando el planeta empieza a entrar o a
salir del disco solar. Cuando el borde de Mercurio toque el borde solar por
primera vez, parecerá que el planeta se queda unido al disco solar durante unos
segundos, por lo que la silueta tendrá aspecto de gota. Esta extraña aparición
se produce justo cuando Mercurio queda envuelto por el disco solar.
Observar el
movimiento del planeta frente al Sol también ofrece la oportunidad de
presenciar un método crucial que usan los astrónomos para encontrar planetas
más allá de nuestro sistema solar. La misión Kepler de la NASA, ya finalizada,
logró identificar y confirmar 2662 exoplanetas en la galaxia empleando
tránsitos como el que observaremos de cerca hoy, 11 de noviembre.
En muchos
casos, nuestra línea de visión está alineada de forma que los telescopios de la
Tierra puedan detectar pequeños descensos en la luz estelar conforme un
exoplaneta transita su estrella. A partir de estos datos, los astrónomos pueden
calcular el tamaño, la órbita e incluso algunas propiedades físicas de estos
mundos extraterrestres.
Pese a las nubes, la ubicación o la falta de
instrumental apropiado, el tránsito podrá disfrutarse en todo el mundo con
transmisiones web en directo. Virtual Telescope promete cubrirlo desde
telescopios terrestres, mientras que el satélite de observación solar SDO de la
NASA ofrecerá una perspectiva asombrosa del tránsito con su propia
retransmisión en directo desde el espacio.
/ CIENCIA / / ESPACIO /
De: Naional Geographic.
por: Andrew Fazekas

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